Repasamos la vida de Diego Ferré: 134 años después.
Eran las 9:40 de la noche del 8 de Octubre de
1879. El monitor Huáscar estaba haciendo expediciones en la costa chilena,
Miguel Grau de contralmirante, seguido de Manuel Melitón Carvajal, José M.
Ugarteche, Elías Aguirre Romero y Diego Ferré. Una tripulación de 205 personas
fue prendida a fuego tras recibir 31 granadas Palliser de 250 libras, otras 12
de menor peso más 350 tiros una ametralladora y mil más de un rifle. Tras esto
se produjo la captura del buque por parte del escuadrón chileno. Hubo 27
heridos, 144 prisioneros ilesos y 34 muertos, dentro de ellos los 5 personajes
mencionados anteriormente.
“Teniente Primero, ayudante de Miguel Grau,
muerto en combate sobre la cubierta del glorioso Monitor Huáscar a los 35 años
de edad. Cuando tenía 22, Ferré combatió en Abtao, defendiendo la integridad
territorial de Chile contra las pretensiones españolas.” Es lo que dice Jorge Basadre en uno de sus libros acerca
de un gran personaje: Diego Ferré. Si bien Ferré no era de notabilidad
marítima (término que le pone Basadre), no cabe duda alguna que era un
oficial de honor. Tenía los conocimientos necesario para hacer frente en
cualquier marina del mundo, he aquí la respuesta a que, durante el Combate de
Angamos, haya sido considera tan importante para Don Miguel Grau.
Han pasado 134 desde la muerte de este héroe. Es
una pena que, que pese al cargo que tuvo, nunca fue tan conocido como lo es
Miguel Grau y algunos otros tripulantes del monitor Huáscar. En
una entrevista con el historiador Héctor López Martínez, este comentó que Diego
Ferré Sosa nació en Reque el 13 de noviembre de 1844. Fue hijo de Eusebio Ferré
y María Mercedes Sosa, quienes residían en Monsefú, de donde don Eusebio fue
alcalde 3 veces. En 1864, Diego ingresó al colegio Naval Militar y dos años más
tarde, fue embarcado La Corbeta Americana como parte de la Guardia Marina. En
este buque, asistió al combate de Abtao el 7 de Febrero de 1866 y estuve ahí
hasta que, en el maremoto de Arica el 13 de Agosto de 1986, se echó a perder.
Luego de esto, viajó a Estados Unidos, formando parte de la comisión que
debía traer los monitores (las nuevas embarcaciones), desde New Orleans hasta
el puerto del Callao. Después de este viaje, regresó en el monitor Atahualpa y
con el cargo de Teniente Segundo siguió sus viajes en el Vapor Tumbes. En este
trance, empezó el estallido de la Guerra con Chile. Ferré fue mandado al
monitor Huáscar con el cargo de Primer Teniente al lado del comandante Miguel
Grau. Ambos mueren tras el estallido de una bomba en el monitor.
El doctor López comenta que es bastante difícil conocer acerca de la vida
de Diego Ferré y datos sencillos, como que estuvo casado con Deudemia González,
son poco conocidos. Tuvo una vida profesional muy corta ya que murió 5 años
después de haber empezado su carrera pero pese al tan poco tiempo que tuvo en
la marina, hizo grandes hazañas y gracias a ellas, Ferré es muy bien recordado
por sus colegas, como lo es el doctor López, hasta el día de hoy.
Es difícil conocer sobre de Diego Ferré, pues murió tan joven que no dejó descendientes.
La misma familia sabe de su existencia y de la conexión sanguínea que comparten
con él por cosas que han escuchado o leído, aunque les cuesta creer que tengan
parte del ADN de este héroe. Oscar Ferré, quien tendría aproximadamente 95
años, es el sobrino nieto de Diego, quien, según cuentan sus hijos, al igual
que Ferré, fue marino, no solo heredó la profesión de su tío, sino también, los
rasgos.
Al poner ambas fotos juntas, la familia se puede observar que para Patricia
Ferré, la hija mayor de Oscar, “mi papito se parece mucho con el tío Diego,
tienen la misma nariz y hasta el mismo bigote”. Por otra parte, Oscar Ferré
hijo, con quien tuvimos una conversación un poco más profunda, comentó que
siempre le llamó la atención el parecido de su padre con Diego Ferré. Oscar
hijo es una persona muy curiosa por lo que, nos cuenta, que se puso a
investigar acerca de su tío y su padre y encontró que, coincidentemente, ambos
estudiaron un par de años en el colegio “Nuestra Señora de Guadalupe de Lima” y
le parece asombroso como es que terminaron pasando hasta por la misma carrera.
Además,
los nietos de Oscar también opinaron. Graciela Rodríguez, la nieta mayor, piensa
que “Siempre sentí admiración por nuestro héroe de Angamos y me sentí orgullosa
de nuestro parentesco, en parte se lo debo a mi papá, quien ha tratado de
inculcarnos ese orgullo desde que tengo uso de razón”. Los más pequeños de la
familia no saben mucho de la historia del Combate de Angamos pero al enseñarles
ambas fotos, dijeron que tenían los mismos ojos, misma nariz, hasta la misma
sonrisa, hasta antes de esto, ambos pensaban que sus familiares les estaban
mintiendo, pero al ver la foto, quedaron muy sorprendidos.